domingo, 10 de mayo de 2009

Marxismo...¿Asentimental? Parte I


Más de un siglo ha pasado desde que el alemán Carlos Marx dio un gran aporte al bagaje teórico de la humanidad. Ahora –según la universidad donde se estudie- se utiliza el método que él desarrollo (Materialismo Histórico) como unidad de análisis en aquellas casas de estudio en donde es preponderante el pensamiento de izquierda, o como herramienta teórica comparativa en aquellas otras universidades, un tanto más conservadoras.

Cuando uno escucha por primera vez el término MARXISMO (popularización del Materialismo histórico desarrollado por el autor) es ineludible el asombro e incertidumbre que se experimenta, sea por las fétidas referencias que se le hacen, o por el grado de afiliación primaria que se puede experimentar.
Dicho sistema teórico comprende conceptos tan complejos como prácticos. Entre las premisas más trilladas y conocidas están: la lucha de clases, el estado proletario, la conciencia de clase, los cuales adquieren mayor realce debió a unidades conceptuales como burguesía, alienación o explotación.

Para los científicos sociales el marxismo, como cualquier otro sistema teórico, debe estudiarse objetivamente, apegándose estrictamente al sistema metodológico – y hasta cierto punto autómata- de la lectura y la dogmatización. Generalmente no se toman en cuenta los aspectos psicológicos que influyen tanto en la interpretación como elaboración de la teoría.

Entre el basto engranaje conceptual elaborado por Marx, surge una premisa bastante atractiva: “La religión se constituye en el opio del pueblo”, ésta creó una imagen “ASENTIMENTAL” –tomando los múltiples factores que esto conlleva- de esta metodología. Esto debido a que la religión aparte de los dogmas, presenta características que no son posibles explicar mediante la lógica, más que nada es una ejemplificación. Sin embargo iba encaminado a no caer en los excesos sentimentalistas; pero ni el mismo Marx puede describirse como una personas puramente objetiva y alejada de las influencias psicológicas entre las cuales se encuentra esas reacciones psico-patológicas que se denomina sentimientos –estableciendo aquí una crucial importancia de las etapas irracionales y meramente impulsivas de estos elementos-. Y es necesario precisar que los sentimientos no deben entenderse solamente como el “amor”, la rabia, la frustración o la felicidad, sino también a relaciones más complejas como el nacionalismo o la dignificación de determinado sector.

Irónicamente es posible afirmar objetivamente que Marx y cualquier otro teórico de las más diversas corrientes de pensamiento (Locke, Rousseau, Hegel, Platón, Gramsci, Hobbes, Weber, Smith, Bourdieu) elaboraron sus teorías en base a un sistema metodológico, pero influidos por ciertos elementos sociales, políticos, culturales, económicos y también sus propios elementos internos –características psicológicas-. Y esto se deduce mediante la compresión de que cada teoría es una interpretación y explicación que el autor da sobre la realidad social en la que vive.

Tampoco hay que establecer que todas las teorías son palabras emocionales, juicios de valor irracionalmente elaborados, ya que esto causaría una irracionalización de los sistemas metodológica y epistemológicamente propuestos. Simplemente es necesario humanizar ese conocimiento comprendido por los mortales como virtudes cuasi celestiales.

2 comentarios:

  1. Ahí lo que hizo fue utilizar la comprensión... le suena... "sociología comprensiva", puf ahí está su ensayo ya hecho.
    Estuvo excelente, saludos...

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