Criticas e Ideas
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jueves, 18 de enero de 2018
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martes, 9 de enero de 2018
El encanto de las letras
El encanto de las letras
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viernes, 29 de marzo de 2013
El tiempo...incontenible.
Hace tiempo ya que este espacio de letras, ideas, críticas y comentarios, inerte está, sin embargo las ideas plasmadas en otro papel, el real, quedaron listas para exponerse a lectores ávidos, curiosos y críticos. Espero retornar al laberinto placentero de la letras, esas que traviesas siempre revolotean en la mente de todos, en todas partes. Que el tiempo nos ayude a continuar con la faena creadora, de la poesía o la prosa, porque escribir es otra forma de vivir.
jueves, 7 de junio de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
domingo, 1 de mayo de 2011
Las luchas infantiloides por una revolución
Nuevamente el calendario, caprichoso y soberbio, ha marcado un primero de mayo. Día en que se conmemora las gestas heroicas de la historia en donde trabajadoras y trabajadores ofrendaron algo más que sus vidas para la dignificación de la clase obrera.
Aunque en los anales de la historia se registran de manera secuencial aquellas fechas que han quedaron en la memoria del colectivo –a veces inconsciente- para que más allá de la mera carga simbólica que conlleva cada caminata anual, se concretice y materialice en la lucha constante de la clase obrera, en búsqueda de su cohesión y activación en pro de los objetivos y principios que se mantiene, que en países como el nuestro parecen arrogantes dueños y señores de la desgracia cotidiana.
Nuevamente las hordas laboristas proclamaban a los cuatro vientos y hasta el mismo cielo, las consignas añejadas y aprendidas de las gestas revolucionarias de antaño. Grupos de mujeres, hombres y niños demostraban una vez más que la lacerada y casi sangrante –en sentido metafórico-clase obrera, aún cuenta con una vanguardia, compuesta por tan diversos como dinasauricos líderes y dirigentes.
Luego de muchas experiencias vividas, las marchas conmemorativas en nuestro país, tales como la del 1ro de mayo, se han vuelto en meros ritos cuasi litúrgicos, en donde las bases demuestra, en su mayoría, el desgaste histórico de una lucha que ha rendido pocos resultados para la emancipación de este sector social, que baste mencionar es el mayoritario pero el más expoliado, demostrando una vez más la ironía de la vida y sus vueltas caprichosas.
La historia es un proceso y un proceso de lucha, pero la lucha al igual que todo en este mundo ha de sufrir mutaciones, un proceso continuo de reacomodamiento, en pocas palabras de evolución. Pude ser testigo de un evento que no ha demostrado ser capaz de reinventarse, por muchos motivos y múltiples factores. Sin embargo creo que sostener la parafernalia de ilusiones y cúmulo de utopías no es válido ni justo para la misma clase obrera que en búsqueda de su reivindicación ha caído en una auto-enajenación cuya principal consigan era precisamente lo contario. Como soldamos de plomo, o filas militares, marchaban las personas, repitiendo consignas y levantando pancartas, de manera autómata y poco motivada, a excepción de dos o tres bloques que presentaron bases exacerbadas en sus ideales reaccionarios, la demás masa del pueblo caminaba hacia el embrutecimiento cotidiano de “marchar por conmemoración”.
Muchas son las luchas y diversas las trincheras, pero cada lucha debe estar pensada, dirigida y planificada para objetivos reales, que aunque se alejan de las consignas poéticas se traduzcan en hechos concretos y no en triviales quimeras de subasta.
Las plataformas políticas del país, han carecido de ofrecer opciones puntuales a sectores que conforman esta convulsa sociedad, y mucho menos han sido capaces de elaborar cronogramas que observen las problemáticas nacionales con sus múltiples aristas. Sin embargo y debido a la coyuntura electoral que nos acontece, el problema no es solo de los “otros”, sino de cada uno, por la irresponsabilidad de “dejar hacer, dejar pasar”, a cuanto aspirante a político se le ocurre.
La manifestación del primero de mayo, no puede carecer de aquellos errores reticentes de los cuales ha sido victima, y aunque el objetivo no es “negativizar” las manifestaciones populares-situación que en muchos casos lo logran hacer solas- si es necesario comprender algunas de las debilidades de las mismas.
El vandalismo presente nuevamente como una forma reprimida y frustrada de generar “cambios”, o al menos de hacer valer un sentimiento “anti-sistémico”; esos que muchas veces rozan con la infantiloide creencia de generar una revolución en medio de la nada, continúan engendrándose dentro de la esquemática receta del pasado.
Muchos de ellos respondían “las calles son del pueblo”, y efectivamente son del pueblo, pero se les olvida un pequeño e importante detalle…son de TODO EL PUEBLO. Y no solo de aquellos que han creído encontrar la luz de la emancipación intelectual y reaccionaria.
Bajo la consigna trillada y algunos otros ejemplos del hemisferio, se han tomada la tarea de divulgar “mensajes” carentes de más contenido que el de las vulgaridades y escazas consignas profundas, sesudas y revolucionarias. Y peor aún, con la arrogante creencia de que así cambiaran las cosas, no dudan en defender a toda costa el “derecho” de pintarrajear creyéndose Picasso y Rembrandt las paredes, portones, puertas y banquetas de cualquier lugar en donde la “revolución del pueblo” llama a cumplir con el deber revolucionario.
No debemos olvidar la “grave” ofensa que para estos personajes significa “criminalizar” las marchas, la pregunta clave es ¿Por qué será? No habrá de alguien que comparta esas someras manifestaciones de fervor revolucionario –o más bien reaccionario- y aunque siempre las respetaré, no las apoyaré. Pues al final del día son “acciones” de alcantarilla, y hago esta alusión porque justamente ahí ira a parar el agua que se llevará esos “valientes” actos de rebeldía.
Más allá de un solo elemento, aún nos queda lo de mayor importancia, la claridad política de las masas que acuden fervientemente a estas demostraciones de reivindicación popular, y lo digo sin el mayor afán de menospreciar o satirizar la intención que muchos de los presentes aún imprimen en cada paso, en cada palabra o en cada consigna que con el mayor cúmulo de esperanza vislumbran en el porvenir de la masa obrera y de pueblo en general.
Sin embargo las manifestaciones reivindicativas son “express”, de corta duración o de poca profundización, y esto nuevamente responde a múltiples factores y problemas –lo menciono para que mis detractores o colegas tenga un festín de discusión- pero no se puede justificar la carencia con la ignorancia, pues al final de cuentas tan solo sería un excusa, un monumento a la mediocridad.
Como siempre digo, palabras vienen y palabras van, pero al final la lucha queda igual. Y es justamente por esa razón, que deben estar constantes las autocríticas –que distan mucho de las críticas venenosas, aclarando eso por aquello de las malas intenciones- para clarificar el sendero, sincronizar los esfuerzos y dirigir las luchas, en un intento más de consolidar las masas en una lucha con posibilidades reales y cuyo objetivo no sea únicamente figurar en la televisión.
Por una reivindicación cotidiana del sector obrero y del pueblo en general, debemos recordar a los predecesores de las gestas históricas con esfuerzos, concesos y luchas fieles, no solamente con días festivos, consignas añejadas y falsos patriotismos.
Por tal motivo es necesario exacerbar las bases populares, pero no con mentiras y patrañas enlatadas, sino con argumentos y enseñanzas, con liderazgos jóvenes y capaces, con mentes abiertas, con genialidades que sean capaces de comprender que el mundo ha cambiado en los últimos 30 años y aunque los problemas también se han recrudecido es necesarios fortalecer la vanguardia con nuevas ideas, nuevos esfuerzos y nuevas expresiones de lucha.
Por las y los trabajadores de Guatemala y el mundo, que la mejor predica sea el ejemplo y la mayor fuerza la voluntad de los obreros!
Post scriptum: Al igual que la luchas las ideas se enfrentan a oposiciones y contraposiciones, las cuales serán bienvenidas si poseen argumentos y carecen de ofensas.
miércoles, 20 de octubre de 2010
¿Arte? o ¿Lucha?
Aunque son múltiples los elementos que pueden obtenerse de este tipo de acontecimientos, me circunscribiré puntualmente al contenido de uno de los tantos “grafitis” que esbozaron quienes conmemoraron la revolución de octubre de 1944.
El debate sobre espacio público, su definición, su regulación y sus dimensiones físicas son temas de polémica, adicionaremos entonces la variable “cuidado” del espacio público. La sexta avenida esta pasando por un proceso de transformación, de la cual existen diversas posturas al respecto sobre los impactos positivos y negativos que esto acarrea.
La reubicación de las ventas informales, el mantenimiento del ornato y la adición de algunos elementos particulares como esculturas varias.
Como era de esperarse el recorrido de la marcha del 20 de octubre sufrió algunas variaciones en la ruta establecida, encaminándose por la 7ma. Avenida, y no así sobre la 6ta. Avenida hasta culminar en la Plaza de la Constitución. Existía una cierta incertidumbre sobre los efectos pintorescos de los cuales la 6ta Avenida podría ser sujeto por parte de algunos miembros de la marcha. Tal y como las previsiones señalaban la sexta fue el lienzo público sobre el cual algunas personas decidieron hacer pintas con mensajes de protestas ante la situación nacional.
Continuando con la tradición las pintas que se pueden observan en la sexta son:
“Mc mierda” (en clara alusión a una cadena de comida rápida), “Mientras haya pueblo, habrá revolución”, “Arzú fascista”, “La sexta no es burguesa, es del pueblo” y “lucha de clases”, entre muchas otras.
Existen algunos elementos artísticos que colocaron recientemente en el Paseo de la Sexta; son unas curiosas formas felinas con acabados pintorescos bastante particulares; pero el objetivo de estas líneas no es hablar sobre formalismos técnicos, sino de establecer de manera comparativa el análisis que algunas personas dejan expresar a través de sus consignas.
Más allá del daño al que la propiedad pública y privada fue objeto mediante intimidaciones e insultos por parte de algunas personas, me referiré puntualmente a la dicotomía entre “arte” y “lucha” en la siguiente manera:
Sobre una de las esculturas que se coloco en la sexta avenida, una persona escribió: ¿ARTE?
En clara y deliberada interrogante sobre si ese particular objeto podía ser considerado como arte, ante lo cual se cuestiona, adicionando otros elementos concretos, la clara oposición al cambio sufrido en la sexta avenida, cuyos matices ideológicos resaltan a simple vista, tomando como complemente los demás mensajes impregnados en las paredes de la sexta avenida y adunado a la conmemoración que se realizaba el día de hoy.
Quienes ostentan la verdad absoluta en torno a que si la colocación de unas figuras felinas o esculturas abstractas son consideradas arte o no? Y justamente de ese deterioro premeditado hacia estos objetos surge la interrogante, quizá lacerante para algunos, sobre si la modalidad de pintas o grafitis representan formas de “lucha”.
“La sexta es del pueblo”….una de las consignas pictóricas que más llamo mi atención en el sentido de…¿quién o quienes son el pueblo? ¿Quiénes ostentan el privilegio de conformar la vanguardia popular? …Pues siendo coherentes con estas ideas de inclusión…SOMOS TODOS…el pueblo es el oficinista, el trabajador, el agricultor, el estudiante, el taxista, el chiclero, el burócrata, el empresario, el lustrador, el camionetero….SOMOS TODOS…entonces porque se adjudican de manera “heroica” la voz popular para reclamar la “des” privatización de la sexta avenida.
¿Por qué será que una de las acciones más recurrentes es el deterioro y perjuicio premeditado y deliberado del espacio público? Definitivamente existen males estructurales en nuestra sociedad; es correcto que la pobreza es uno de los peores indicadores en nuestro país….pero ¿será acaso que con una pinta o grafiti que diga “pan para el pobre” se acabaran dichos males?
¿Son estas formas legítimas para encarar procesos emancipadores?, ¿serán estas las mejores formas para encarar procesos revolucionarios que se siguen conmemorando pero que no se han podido traducir en una praxis política y social?
Para aquellos que consideran que las pintas son una forma de lucha, el argumento de la temporalidad limitada será el acabose de su sustento, porque su lucha terminará de manera fugaz con una “repintada” a las paredes pintarrajeadas.
Las pintas pueden ser en todo caso una mera forma de expresión “artísticas”….(igual que esas formas abstractas de arte, esas piezas felinas con colores psicodélicos o cualquier otra expresión de la mente humana) pero no una forma de una lucha social y política trascendental y menos cuando estas pintas se hacen dañando el espacio de TODOS Y TODAS, a través de intimidaciones y los infaltables insultos que son victimas aquellos que no desean que en sus paredes se enarbole un eslogan como “Lucha de clases”.
Este al igual que otros elementos, responden más a variables emotivas, que a planteamientos concretos, con una traducción a acciones en el plano social, cultural económico pero ante todo político para el cambio estructural al que Guatemala debe encaminarse.
Como sujeto en particular tengo derecho (al igual que las personas que pintaron en las paredes) a la libre expresión siempre y cuando esto no dañe, perjudique o violente las libertades y derechos de los demás….lección aún pendiente de aprender en nuestra sociedad.
Como diría un viejo proverbio…”el fuego no se combate con fuego”, la intransigencia de un burócrata que para algunos es considerado “fascista” no se puede combatir con la misma o mayor intransigencia e intolerancia al momento de dañar elementos que a la postre pueden ser para beneficio popular. Por ejemplo rescatar espacios públicos para la recreación del guatemalteco, quizá así dejemos de enclaustrar a la gente en recintos comerciales, a falta de espacios públicos de recreación y divagación cultural.
Arte o lucha. Innovación o costumbre. Lucha integral o escaramuzas temporales.
Dicotomías que debemos analizar de manera sesuda y racional, no reaccionaria y emotiva. Esta fue tan solo una de las tantas variables que podemos traer al debate de un hecho concreto, de un evento en particular, de una larga lista que esperan el papel y el lápiz para ser analizadas, pero ante todo prácticas reales concretas para ser modificadas.
Al final de cuentas la idea central, es la replicación de ideas, la generación de un debate pero ante todo la pronunciación de propuestas……siempre queda la puerta abierta para las opiniones.