viernes, 10 de abril de 2009

¿Y la juventud roja...?


Mucho tiempo ha pasado desde que se acuñó esa frase en algún lugar del mundo. El contexto mundial y nacional ha sufrido una metamorfosis sin precedentes, ahora nos encontramos en una sociedad donde la interrogante que da titulo a estas líneas carece de un valor concreto. Muchos no entenderán el significado del adjetivo rojo, dentro del contexto que intentaré decodificar en estos párrafos. Ante la actual situación nacional, la conciencia roja parece estar dormida –en el mejor de los casos-, sino es que se encuentra en una agonía total y lentamente mortal.

Para muchos ser rojo o colorado significa llevar una serigrafía comercializada del comandante, del guerrillero heroico, o del “che” como prefiera denominarlo el “consumidor”. Sin embargo cuando se cuestiona el significado de algunos términos o algunos datos históricos, el silencio es la más repetida y vergonzosa respuesta. Y es necesario enfatizar que no se requiere memorizar las fechas o datos, sino más bien se trata de tener la voluntad de interpretar el significado de lo rojo, colorado o de izquierda, según el sinónimo que el tiempo acuñe. Significa tener lo más claro posible, el concepto de colectivo, de masa….de "pueblo”, y tener en cuenta que todo este conglomerado de conocimiento no es perfecto, pero si perfectible, y que como todo sistema de conocimiento, no posee un fin ni una verdad total ni absoluta.

Es por eso que es necesario plantear las interrogantes de: Y LA JUVENTUD ROJA…..¿donde está? ¿Qué esta haciendo? ¿Sobrevive? ¿Resiste? ¿Acciona ó Reacciona?
Es necesario tener conciencia que la juventud roja no solamente la conforman esos míticos guerrilleros, dirigentes o personajes históricos que aparecen en los libros de historia –alternativa en la mayoría de casos-, o en afiches, o de las que hablan las canciones, sino es aquella que viaja en las camionetas, que vende en los semáforos, que esta en las escuelas, o laborando en cualquier lugar, porque la conciencia roja no se demuestra solamente en los acontecimientos masivos, sino en la cotidianidad de la vida!

Ser rojo se demuestra con lo actos, con la lealtad hacia las ideas, con actos tan sencillos como la cortesía, pero tan importantes que son el motor generador del cambio. Ser revolucionario no significa -como equivocadamente lo dicen-, tomar un fusil, tomar “EL capital” como libro sagrado o venerar a Lenin, significa enfrentar la realidad adversa, y a base de trabajo, convicción y pasión ser el factor de cambio, no crear un sujeto social egocéntricamente individualista, sino al contrario tener conciencia de nuestro entorno y mejorar al individuo como medio para mejorar el colectivo, esto teniendo en cuenta que es un proceso dialéctico y recíproco.

Juventud roja….el momento de actuar ha llegado, ASUMAMOS EL RETO Y GENEREMOS EL CAMBIO!! No será fácil, ni mucho menos rápido, pero que esa capacidad de pensar en una mejor sociedad no muera, sino que se construya día a día.