La incomprensible pero tentadora compañía de las letras
Hace ya algunos años que empecé con la curiosidad y una pasión, para
aquel entonces, recién descubierta, la cautivadora pasión por escribir. Aunque la monotonía de la vida cotidiana
puede esclavizarnos con compromisos, tareas u obligaciones, siempre se
encuentra tiempo para realizar esa tarea de satisfacción personal. Escribir…para muchos implica una laboriosa y
no remunerable tarea del sujeto pensante, pues en un mundo tan ajetreado y
comercialmente fugaz, las reflexiones más parecen tarea de semidioses que de
simples mortales que buscan, a través de las diversas expresiones literarias,
compartir una idea o polemizar en torno a diferentes problemas. Entiendo
problema como algo cotidiano y no necesariamene un ejercicio de metateorización,
como muchos creen.
Volviendo la vista atrás, al ver algunos escritos con fechas pasadas
significa nostalgia por los tiempos en que la escritura era una faena casi
cotidiana, pero también una satisfacción al ver como el proceso de crecimiento
biológico de toda persona, lleva implícito un sentido de maduración ideológica,
personal y profesional.
Con el auge que han tenido
diferentes redes sociales, de diferente tipo y con grupos objetivos muy
diversos, el escribir se ha vuelto una acción tan fácil pero a la vez tan vacía;
y es que no defiendo una represión de la expresión, pero tampoco abogo por una
simple impresión de caracteres virtuales para expresar ideas poco coherentes o
hasta ofensivas.
Al estar con tanta letra que
fusionadas crean palabras, los temas que he de llevar a la palestra son tan
diversos como infinitos, pero valga enfatizar que el presente y breve escrito
es para expresar, o al menos plantear, como la incompresible pero tentadora compañía
de las letras es lo que sirve de motivación para algunos de nosotros, para
apropiarnos de espacios, aunque sea digitales, y llevar a cabo una tarea
creadora: escribir. Y lo hacemos no porque
estemos cegados con el mito de la razón absoluta, sino como un intercambio
enriquecedor de ideas con personas que poseen diferentes paradigmas. He así
pues, que espero retomar el papel y pluma (teclado qwerty) para lanzar ideas y
aceptar críticas, como bien se bautizó el espacio donde ahora nacen estas
palabras. Desde ese lugar, único, llamado Guatemala.